miércoles, 14 de abril de 2010

palabras para una tarde calurosa

Estabas destinada a ser tú misma
la piel del año se desbarata en sombra
a veces así como una niña.
Los huracanes nunca serán considerados
para una fiesta de etiqueta.
Dar celos y subir una escalera es algo que sucede
sin que te lo pida tu soborno ni la risa misma de tu carne.
A veces amanece y quisiera seguir durmiendo.
A veces amanece para extrañar las luces, para el olor a leña
venguémonos de las memorias, he preparado un par de indirectas
“hay cosas que no existen y aún así duelen”
“los peores presos son los que andan en la calle”
que sepan que también ellas se habrán de ir,
desnudemos el presente.
Déjalas que lloren, ya pedirán perdón o se irán gritando.
En casa de mi tía hay mandarinas
vámos.

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