jueves, 21 de abril de 2011

Los zombies no se enamoran

– ¡Los zombies no duermen!

– Claro que sí, recuerda que necesitan satisfacer sus necesidades primarias, por eso en lo único que piensan es en comer y después, lógicamente, en dormir.

– Por éso, entonces si solo piensan en comer no pueden dormir.

– No seas incoherente, no se la pueden pasar comiendo nadamás. También duermen, toman agua y me atrevería a decir que hasta se enamoran.

– ¡¿Qué?! ¡Claro que no! ¿Qué no has visto en las películas? Los zombies no se enamoran, tienen malicia, quieren sangre, cerebros, partes humanas. ¡Roar! ¿Enamorarse? ¡Pppft!

– No puedes decir que los zombies tienen malicia porque no están vivos, no son buenos ni malos, solo son.

¡Aista! Me estás diciendo que no sienten, entonces no se pueden enamorar ni cosas así tan complicadas. ¿Sabes? Algún día quiero ser zombie; solo preocuparme por comer y pasear por ahí, tranquilamente, sin prisa, dándole una mordida a alguien de vez en cuando, sin pensar en nada.

– Debo refutar tu idea con el argumento de que ser zombie sería aburrido, ¿no crees? Estarías vacío.

– Creo que alguien se está contradiciendo aquí, tú eras el primero que decía que los zombies sentían y tenían necesidades.

– Creo, más bien, que tenemos opiniones diferentes. Mejor vamos por otra cerveza.


En un mundo paralelo, Roberto el zombie se levanta a las ocho de la mañana. Su esposa lo espera con el desayuno.

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