Sed.
Extenderé pero no tanto mi mano
porque tengo sed.
En un chiste que contaron
estabas tú tomando agua
y había algo así como una serpiente
y un gorila que bailaba
no sé
sólo puedo recordar
que estabas tú tomando agua.
El que camina
Al hombre no le importaba tanto
era parte de su oficio
arrojó el cigarrillo
y echó a andar
Lupe descansa
él no sabe que está tras ella
ella finge que sueña
siempre es mejor fingir que sueñas
que confesar
los razonamientos cíclicos
las derivas
y los naufragios del silencio.
Un mal delirio
caricias mojadas se desprenden de sus zapatos
y así será
hasta que cruce en la esquina
y alguien lo mire asustado.
Tendido sobre un sitio que alguna vez estuvo habitado.
Tu promesa fue nunca prometer nada
la mía, el puro dolor.
tu boca tan ufana, siempre recién nacida
mi dolor, mi voz, mi dolor.
fuiste tú la arena que no quiero limpiar
y sigues escribiendo y tu boca nace en otro rincón
y sí soy yo el que llora en la arena
y quiere leer, quiere aprender a leer
para dejar de llorar.
uno de los dos inventó el silencio
anticipándose
qué soberbia
la de repetirse como si yo también hubiera nacido ya
ya sabes lo que soñé anoche
ahora quiero soñar lo de siempre
estoy yo y me como tus ojos.
Unos años después.
Un abrazo
el mismo abrazo pero de aquí hacia allá
esta noche no (no el abrazo, lo otro)
pero es que tengo frío.
Es hora de insertar una palabra en el poema
el gorila nunca falla
¿te imaginas que fuera otra cosa?
como un video rápido
y la imagen de una mano
y tom yorke en zoom out
¿te imaginas?
Hay una ausencia de ritmo
pero es que recuerdo tu obsesión por la leche
y me da risa
y a la vez, me parece tan femenino
que duele
todo
duele el todo y tengo sueño.
Algún día traerás una flor en la mano
y yo no sabré quién te la ha dado.
Casi con ganas de sonreír.
Te encanta abrir los ojos para verte bien, la fantasía de los ausentes, una cabeza gira en torno a sí misma o se desploma el cielo oscuro, el emperador ha muerto, pueden verlo reinar todavía, desde el viejo trono que queda en lo alto ya sin castillo, con un cuerpo de rey y una corona demasiado grande, reclinado como si fuera tarde casi con ganas de sonreír.
Hotel en Oslo
No te necesito
aquí está mi sueño sobre Oslo
un hotel al amanecer
pero un amanecer gris
las ventanas congelándose
y esas albercas en medios pisos
los elevadores grises
y los cuartos que llevan a otros cuartos que llevan a otros cuartos
que son el mismo cuarto
alguien se va a cambiar
y ha dejado la puerta abierta
entraré, no pasa nada
es sólo un sueño
te estás cambiando y nadie hace ruido
cuando voltea yo sigo ahí
estúpido, asustado, excitado
la invito a conocer la ciudad
es Oslo, todavía está amaneciendo
y nadie sabe cómo hemos despertado ahí.
Cuadernos sobre mi muerte.
La muerte de todos los hombres
es también mi muerte
todos los libros que se han escrito
me preparan para morir
Es cierto y lo sé.
Antes habré de atravesar tu silencio.
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